miércoles, 26 de diciembre de 2007

Retales del artículo de Mike Withney que me llega por mail

La mayoría de la gente no tiene la menor idea de la gravedad de la presente situación, ni del desastre al que tendrá que hacer frente el país, cuando empiece a soplar el huracán de los billones de dólares procedentes de bonos y títulos sobreapalancados. Está extendida la creencia de que los pilotos del sistema - Bernanke y Paulson – pueden, de uno u otro modo, maniobrar para sacar a la economía de este “curso turbulento” y llevarla a aguas tranquilas. Pero no es así, y el prejuicio revela una incomprensión fundamental del modo de funcionamiento de los mercados. La FED no tiene poderes mágicos, y no se expondrá ella misma a ser atropellada por los mercados manteniéndose atravesada en el camino de una avalancha de mercado. A medida que aumenten los cierres y las bancarrotas, las acciones se desplomarán, y la FED se mantendrá circunspectamente al margen.
En estas últimas semanas, Bernanke y Paulson han ensayado varias estrategias fallidas. Paulson pergeñó un plan para ayudar a los grandes bancos inversores a consolidar y re-empaquetar su basura hipotecariamente respaldada, convirtiéndola en un “Super SIV” [SIV: “vehículo de inversión estructurada”, por sus siglas en inglés; N.T.], a fin de darles otra oportunidad de descargar en el público sus malas inversiones. El plan no era otra cosa que una táctica de relaciones públicas que ha sido ya abandonada por el grueso de los participantes clave. La implicación de Paulson es un verdadero lamparón para el Departamento del Tesoro. Tal parece como si tratara de engañar a los inversores, mientras viene en socorro de sus amigotes de Wall Street.
Yo pienso que realmente los tipos no subirán en demasía (me pegué el dia de Navidad hablando de economía) y se llegará en los bancos a un tipo de interés personalizado y un endurecimiento en la concesión de créditos.

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