Navidades rancias

El dólar hizo unas 113,5 pesetas el día de ayer de máximo y fue, cuando decidí salirme de GM para quedarme limpio de polvo y paja; las dos shares que seguía hicieron una buena jornada; SIRI subió un 4% hasta 1,49 y AMD un 6,5%.
Al final sólo me queda Fortis (Amsterdam) en la cartera, que cerró a 9,67 y no se si se cumplirán mis vaticinios, pero hace ya unos meses pensaba que lo peor de la crisis lo veríamos en septiembre-octubre y ya casi estamos inmersos; además The Wall Street Journal y otros medios están publicando artículos sobre nuestro país pintándolo como una granada a la que se le ha quitado la anilla sin aún explotar.
Miro a diario los depósitos bancarios y pueden ser una buena opción para este último trimestre, combinándolo eso si, con jugaditas en valores del continuo, o también observar el petróleo si vuelve a subir pues ahora todos dicen que va a bajar y la vida consiste en ser el primero, o sea, adelantarse.
La crisis ha tenido un comienzo, y mucha gente no ha vivido una situación similar en su vida (al igual que yo); es curioso que llevamos unos meses de tranquilidad a nivel de gasto y se aprecia en la calle esa retracción en comercios y locales de hostelería; estos últimos, por lo menos en mi comunidad autónoma, han bajado de un 7 a un 30% su facturación mensual respecto al año pasado, cifras un tanto irreales pues el año pasado se vivió demasiado bien y se gastó sin conocimiento en todos los ámbitos; es mejor comparar cualquier cifra con el 2006 dejando aparte el 2007 considerando que hubo muchos extraordinarios.
Pues bien, en este ambiente de calma chicha que nos rodea, el gobierno pretende arreglar los excesos cometidos y piensa que todo irá a mejor; hoy leo en el economista que un 15% de las familias ya gasta mas de lo que ingresa, y me gustaría saber qué hace el 85% restante. Nos ha tocado vivir la España Zetapetista y debemos luchar contra ella; pienso que en los próximos meses veremos un bajón aún mayor en los inmuebles y un aumento del paro con las navidades mas rancias en nuestras mesas a nivel gastronómico y definitivamente el ipc se tendrá que relajar cuando los niveles de consumo privado toquen mínimos.