sábado, 7 de marzo de 2009

Recordando viejos tiempos

Os presento a continuación un gran artículo del 11-09-2001 realizado por Germán B.:

"El Empire State Building, (ahora el edificio más alto de Nueva York), observa atónico lo que le pasa a sus hermanas las Torres Gemelas.
El pasado martes el mundo entero asistía aterrorizado a lo que podemos considerar un atentado contra el mundo occidental. Las primeras caídas se observaban en el Globex y rápidamente acudíamos a los teletipos de la agencia Reuters para saber porqué los futuros estadounidenses se desplomaban sin razón aparente. Entre las muchas noticias que aparecían, había una que no llamaba excesivamente la atención; un accidente aéreo en las Torres Gemelas de Nueva York. Nada ni nadie en ese momento podía pensar que se iba a producir el mayor atentado terrorista de la historia de la humanidad.
La incertidumbre se apoderó del mercado y mientras tanto en España asistíamos a unas fuertes caídas que todavía no alcanzábamos a ver porque sucedían. La situación pasó a ser caótica en pocos instantes y la información que íbamos recibiendo era muy confusa siendo imposible dar crédito a lo que ya estábamos viendo a través de la TV.
Nuestro mercado pasó a ser una ciudad sin ley en la que los movimientos respondían al miedo y a la codicia de los operadores. La volatilidad aumentó a niveles increíbles y los operadores e inversores más experimentados del lugar, veían como lo que pasaba en el mercado español era prácticamente lo mismo que lo que pasó en el anterior crash bursátil del 28 de octubre de 1997; es decir, un atraco a mano armada para las manos débiles del mercado.
La confirmación de que los accidentes se trataban de un atentado terrorista hizo que el caos reinara en los parqués; los creadores del mercado lo abandonaron a su libre albedrío y el pequeño inversor podía observar como lo que veía en su televisión no se correspondía con lo que estaba haciendo efectivamente las cotizaciones; por ejemplo, el derrumbe seguido en directo por todo el mundo de la primera Torre Gemela confirmaba la tragedia, y sin embargo el Futuro del Ibex en ese instante subió más de 220 puntos. ¿Los índices se habían vuelto locos o por el contrario fue un ejercicio de pillaje que sacó del mercado a todos los pequeños especuladores que no podían creer la velocidad a la que se movía nuestro Futuro?
Las Bolsas se movían como las hojas de un árbol en medio de una terrible tormenta. El nerviosismo se apoderó de todos aquellos que seguían este derivado, porque tanto alcistas como bajistas, veían como tan pronto ganaban medio millón de pesetas por contrato y los 10 minutos siguientes ya no tenían nada. Esto se debía a la falta de posiciones e incluso llegamos a ver como no había dinero, lo que hacía caer en picado a este mercado con la venta de un solo contrato, independientemente de lo que hiciera el Ibex 35 contado.
El mercado estadounidense no llegó tan siquiera a abrir y los Futuros americanos dejaron de cotizar cuando terminó la sesión en Globex. Muchos se preguntaban por qué la Bolsa española seguía cotizando y la polémica para las siguientes sesiones estaba servida. "

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